Ramificación de las palmeraspor José Grassia. Setiembre 2008
Phoenix dactylifera. Huerto del cura. Elche. España
Las palmeras pueden ser unicaules o multicaules según tengan uno o varios estípites. En el primer caso presentan un tronco solitario, más o menos grueso, que puede ser liso, anillado, con restos foliares, fibras o espinas y que crece hasta una altura característica para la especie.
En cambio, en el caso de las multicaules, desde un mismo sistema radicular prosperan distintas yemas de crecimiento dando origen a un estípite cada una.
La característica que comparten las unicaules y multicaules es que cada estípite tiene en el ápice una única yema de crecimiento que da origen a las hojas que forman la corona o copa.
En cambio, en el caso de las multicaules, desde un mismo sistema radicular prosperan distintas yemas de crecimiento dando origen a un estípite cada una.
La característica que comparten las unicaules y multicaules es que cada estípite tiene en el ápice una única yema de crecimiento que da origen a las hojas que forman la corona o copa.
Por regla general, si dicha yema apical se daña, la palma muere al no poder seguir emitiendo las hojas que son las encargadas de realizar la fotosíntesis, el intercambio gaseoso, etc.
No obstante lo antedicho, se presentan casos donde, ante el daño de la yema apical, la palma reacciona, en un desesperado intento de sobrevivir, activando otra célula que procura reemplazar a la dañada para que la palma continúe viviendo.
En determinados casos de accidentes apicales, se activa una nueva yema de crecimiento, aun cuando la dañada siga viva. En este caso nos encontramos con una palma con dos puntos de crecimiento desde donde se desarrollaran dos coronas de hojas completas que florecerán y fructificaran a su debido tiempo.
Si bien no esta totalmente claro el motivo, es evidente que algunas especies tienen mayor tendencia a ramificar que otras. Así también algunos individuos son particularmente propensos a activar nuevas yemas de crecimiento ya que podemos hallar palmeras con varias ramificaciones.
Es posible que esta sea una estrategia de supervivencia de algunas especies sometidas a fenómenos meteorológicos propios de su hábitat como lo son los vientos intensos, rayos, incendios forestales durante la estación seca y/o animales depredadores que coman su cogollo. Por ejemplo, el oso negro (Ursus americanus) se alimenta de los "corazones" (los brotes terminales, palmitos) de Sabal y Serenoa, dañando o matando a las palmas (Roof 1997).
No obstante lo antedicho, se presentan casos donde, ante el daño de la yema apical, la palma reacciona, en un desesperado intento de sobrevivir, activando otra célula que procura reemplazar a la dañada para que la palma continúe viviendo.
En determinados casos de accidentes apicales, se activa una nueva yema de crecimiento, aun cuando la dañada siga viva. En este caso nos encontramos con una palma con dos puntos de crecimiento desde donde se desarrollaran dos coronas de hojas completas que florecerán y fructificaran a su debido tiempo.
Si bien no esta totalmente claro el motivo, es evidente que algunas especies tienen mayor tendencia a ramificar que otras. Así también algunos individuos son particularmente propensos a activar nuevas yemas de crecimiento ya que podemos hallar palmeras con varias ramificaciones.
Es posible que esta sea una estrategia de supervivencia de algunas especies sometidas a fenómenos meteorológicos propios de su hábitat como lo son los vientos intensos, rayos, incendios forestales durante la estación seca y/o animales depredadores que coman su cogollo. Por ejemplo, el oso negro (Ursus americanus) se alimenta de los "corazones" (los brotes terminales, palmitos) de Sabal y Serenoa, dañando o matando a las palmas (Roof 1997).
Afortunadamente muchas especies de palmeras tienen una gran resistencia al fuego y tremenda capacidad de recuperación posterior a los incendios. Especies como Chamaerops humilis, Copernicia alba, Whasingtonia spp. y Butia spp. son capaces de soportar los incendios forestales y sobrevivir renovando su corona de hojas en las estaciones posteriores. A pesar de ello, muchos ejemplares no lo soportan y mueren mientras que algunos otros logran bifurcar sus yenas apicales o activar una nueva yema apical en reemplazo de la dañada
Es así como es frecuente ver palmas ramificadas de los géneros Sabal y Colpothrinax de las áreas de huracanes del Caribe o de Copernicia y Butia de las extensas llanuras de pastizales en Sudamérica expuestas a los incendios estivales.
También se da el caso de especies que suelen ramificar, ya sea desde la base como en la parte aérea del tronco, en forma espontánea, sin daño mediante. Estos casos se producen generalmente cuando crece una yema axilar vegetativa en lugar de una yema floral, En principio crece en forma horizontal y si logra sobrevivir sin quebrarse, el gravitropismo hace que comience a buscar la vertical y logra crecer casi paralelo al tronco principal creandose, con el tiempo, una ramificacion con caracteristicas similares al estipite original.
Aquí es necesario dejar en claro que no debemos confundir las palmas ramificadas espontáneamente o por accidente apical, con aquellas que su crecimiento es naturalmente ramificado en forma dicotómica, es decir, que no solo se bifurcan sino que lo hacen una y otra vez, lo cual es algo totalmente inusual, no solo en la familia de las palmáceas sino entre todas las plantas superiores. Tal es el caso del género Hyphaene que crece en pleno desierto.
Es así como es frecuente ver palmas ramificadas de los géneros Sabal y Colpothrinax de las áreas de huracanes del Caribe o de Copernicia y Butia de las extensas llanuras de pastizales en Sudamérica expuestas a los incendios estivales.
También se da el caso de especies que suelen ramificar, ya sea desde la base como en la parte aérea del tronco, en forma espontánea, sin daño mediante. Estos casos se producen generalmente cuando crece una yema axilar vegetativa en lugar de una yema floral, En principio crece en forma horizontal y si logra sobrevivir sin quebrarse, el gravitropismo hace que comience a buscar la vertical y logra crecer casi paralelo al tronco principal creandose, con el tiempo, una ramificacion con caracteristicas similares al estipite original.
Aquí es necesario dejar en claro que no debemos confundir las palmas ramificadas espontáneamente o por accidente apical, con aquellas que su crecimiento es naturalmente ramificado en forma dicotómica, es decir, que no solo se bifurcan sino que lo hacen una y otra vez, lo cual es algo totalmente inusual, no solo en la familia de las palmáceas sino entre todas las plantas superiores. Tal es el caso del género Hyphaene que crece en pleno desierto.
Copernicia alba . Avellaneda Santa Fe
Dypsis lutescens. brotes axilares en JB Rio de Janeiro
Hyphaene tebaica. Especie ramificada naturalmente
Causas de daños en las palmeras
Causas de daños en las palmeras
Trithrinax campestris alcanzada por un rayo
Chamaerops humilis dañadas por incendio forestal
Las mismas palmas rebrotadas
Butia yatay después de incendio
La misma vegetacion al año siguiente
Butia yatay que no sobrevivio al incendio
Mauritia flexuosa durante incendio en Brasil
Unos pocos días después
Washingtonia robusta San Diego California
Washingtonia robusta San Diego California
La misma palmera un tiempo después
Palmeras ramificadas
Butia capitata, Rocha Uruguay
Phoenix roebelleni. México
Syagrus romanzoffiana. Chaco. Argentina
Agradezco especialmente a todos los colegas y amigos que me han facilitado sus imagenes para ilustar este articulo.