PODA DE PALMERAS
By José Grassia- 2009
Antes
de comenzar con los conceptos de “Podar o No podar” las palmeras, debemos
comprender y hacernos eco y defensores a ultranza del concepto básico de que
tanto los arboles como las palmeras no necesitan poda de ningún tipo. En su
ambiente natural y silvestre no existe la poda como tal, ya que la naturaleza a
través de los fenómenos climáticos interactúa con las plantas generando el
desprendimiento natural de hojas, flores y frutos en el momento indicado y no
antes, ni después.
Las
palabras “poda” y “tala” representan conceptos inventados por el ser humano a
los efectos de adecuar el desarrollo de los vegetales plantados en las
urbanizaciones con fines ornamentales, de sombreo o como protección contra los
vientos, para que su normal desarrollo y crecimiento no afecten el habitual
desenvolvimiento de sus habitantes y/o sus pertenencias. También se aplican las
técnicas de poda y tala en las actividades agronómicas y forestales para mejor
producción de árboles frutales y fustes rectos y sin fallas en la madera.
La poda natural. Se define como “Muerte
y caída natural de las ramas de árboles en pie debido a causas como falta de
luz, podredumbre y azote de las inclemencias del clima” (GARCIA.-PIQUERA, l.
c., V. IX, 1; 1948)
Por su parte, Podar (del italiano “potare” y posiblemente del latín “putare”), v. tr. Hace referencia a la acción de cortar o quitar las ramas superfluas de los árboles, vides y otras plantas para que fructifiquen con más vigor. D. A.
El talado hace referencia a la actividad de cortar árboles separando la parte aérea de las raíces. Esta es una de las actividades más antiguas que realiza el ser humano para utilizar los recursos naturales que el medio le provee y si bien siempre la ha ejercido, no fue hasta hace relativamente poco tiempo que la misma se convirtió en una seria amenaza para el bienestar ambiental y para la continuidad de la vida humana.
Si bien el talado de árboles y palmeras se realiza con el objetivo principal de poder utilizar el recurso natural que representa su madera, su savia, su follaje y sus frutos, el consumo exagerado y arbitrario de estos recursos naturales es lo que hace que el medio ambiente sufra las consecuencias del abuso ya que no sólo se consume en gran cantidad si no que se desecha gran parte de lo utilizado en lugar de reciclarlo.
A pesar de que estas actividades son necesarias, en cierto sentido, para que el hombre se pueda proveer de los recursos mencionados, es un peligro por varias razones. En primer lugar, porque los organismos vegetales son los responsables de equilibrar la proporción entre oxígeno y dióxido de carbono en el aire, produciendo el primero y consumiendo el segundo. Al bajar la cantidad de árboles y las reservas naturales de los mismos (en los bosques y selvas), se pierde el equilibrio atmosférico, aumentando el dióxido de carbono y subiendo así la temperatura general del planeta.
Lo mismo ocurre dentro del llamado “bosque urbano”,
la tala y poda de organismos vegetales propicia el desequilibrio entre dióxido
de carbono y oxígeno, marcadamente en ascenso debido a las emanaciones de
automóviles e industrias, También reduce la sombra proyectada aumentando la
insolación, el aumento de temperaturas, que incrementa el consumo eléctrico
para refrigeración y la rotura de pavimentos por dilatación, entre otros
problemas.
Tal
como demostró Corner (1966) en sus investigaciones, cada especie de palmera
tiene un número determinado de hojas vivas de color verde en su corona y el
mismo número de hojas en desarrollo dentro de la zona apical del estípite. A
medida que una hoja nueva emerge, la hoja más vieja muere. La edad que una hoja
puede alcanzar lo determina una serie de factores incluyendo el tamaño de la
palmera madura, el número de hojas producidas, los fenómenos climáticos etc. El
factor clave es que sólo la palmera sabe cuándo una hoja debe ser naturalmente podada,
y eso ocurre cuando la hoja se está muriendo y deja de ser útil (se torna de
color amarillo o marrón).
Tal
como ya sabemos, una de las principales diferencias entre palmeras
(monocotiledóneas) y arboles (dicotiledóneas) consiste en que las primeras solo
tienen un punto de crecimiento de las hojas ubicado en el extremo superior del
caule (yema apical), mientras que los segundos pueden tener cientos de miles de
yemas foliares, desde donde pueden brotar sus hojas, distribuidas por todo su
organismo. Esta característica hace que las palmeras, a diferencia de los
árboles, no pueden aumentar el tamaño de su copa con más hojas que las
establecidas en su genética.
A
medida que cada hoja nueva se abre, toma el lugar de una hoja que va muriendo o
ha muerto. La palmera sabe exactamente cuál es la cantidad de hojas necesarias
para hacer la fotosíntesis y elaborar los alimentos que le permiten mantenerse
saludable.
Cuando
la palmera alcanza su máxima altura, muchos de sus vasos conductores ya se
encuentran obturados por las sales provenientes del suelo, las hojas se
reducirán en tamaño y cantidad y la planta no podrá hacer suficiente
fotosíntesis para elaborar sus alimentos, comenzando un ciclo que desemboca
inexorablemente en la muerte por vejez.
Lo
antedicho es válido para los ejemplares que crecen en su hábitat natural ya que
pocas de las palmeras que fueron trasplantadas a los entornos urbanos morirán
por consecuencia de la vejez. Es más probable y frecuente que mueran por
errores de cultivo en los viveros, por impericia de los jardineros que las
cultivan o de los operarios de las cuadrillas de mantenimiento.
El
único alimento de la planta es en realidad lo que la planta por si misma
produce. Los fertilizantes comerciales no son alimentos para las plantas,
aunque el envase así lo mencione. En realidad, son fertilizantes (nutrientes)
que utilizan las plantas, acompañados con el agua y la luz solar, en la producción
de sus alimentos.
La
totalidad de las hojas verdes participan en la producción del alimento
necesario para el crecimiento adecuado y saludable de una palmera. La reducción
del área verde del follaje reduce la producción de alimentos, y pone en peligro
la salud y el crecimiento de la palmera. Cuantas más hojas verdes cualquier
planta tenga, mejor será el crecimiento que se producirá.
Cuando
se cortan y eliminan las hojas verdes, los nutrientes que se hubiesen producido
se pierden en el resto de la palma. Algunos nutrientes se trasladan de las
hojas más viejas a las hojas más nuevas a medida que éstas se mueren. La
eliminación de las hojas verdes más antiguas y/o hojas cloróticas aumentan las
deficiencias principalmente en potasio (y en menor medida otros nutrientes)
A
su vez, la deficiencia de nutrientes causa que el tronco sea más delgado y
disminuye el tamaño de las hojas. La palmera ahora debe obtener su potasio de
las hojas más jóvenes del follaje. Estas hojas previamente verdes y sanas,
luego se vuelven cloróticas y antiestéticas. La eliminación regular por
estética, de las hojas deficientes en potasio, eventualmente puede matar a la
palmera. (Broschat 1994).
Las
palmeras deben almacenar suficientes reservas de almidón en sus troncos. Estas
reservas de almidón pueden ser movilizadas y usadas para restaurar hojas en el
caso de que una palmera experimente algún tipo de estrés, tales como incendios,
heladas, vientos severos o defoliación por parte de seres humanos. Estas
plantas deben tener tantas hojas verdes como sea posible para producir un
suministro continuo de alimentos y así poder crecer, mantenerse saludable y
desarrollar almacenamiento de reservas.
Las
investigaciones y estudios han demostrado que algunas especies requieren una
relación de 2:1 entre las hojas más jóvenes y las más viejas. (Dalrymple 1994
en Pfalzgraf 2000).
Las
hojas pueden madurar durante un periodo entre 3 y 5 años (Hilgeman 1951 en
Pfalzgraf 2000). Una corona grande de hojas en una palmera madura del genero
Phoenix, con 110-130 hojas pudo haber demorado +15 años en desarrollarse, desde
la hoja más joven hasta la hoja más vieja. Esto incluye las hojas del
primordio, invisibles a simple vista. (Pfalzgraf 2000).
PODA DE PALMERAS
La
poda es, quizá, uno de los temas menos comprendidos dentro de lo que se puede
llamar la cultura del cuidado de las palmeras.
Si
bien es cierto que la poda correcta y adecuada de cualquier planta o árbol
puede beneficiar el crecimiento y la salud del individuo, debemos tener muy en
cuenta que las palmeras son organismos que, con las practicas correctas, requieren
un mínimo mantenimiento.
Por
alguna razón, no muy clara, algunas personas piensan que pueden cortar indiscriminada
y aleatoriamente las hojas de las palmeras, haciéndolo en forma periódica,
incluso dejando solo unas pocas hojas jóvenes centrales, varias veces al año
sin dañar a la planta.
Existe
una idea injustificada y falsa de que cuanto más se poda una palmera, más
rápido ésta va a crecer. Esto no es cierto. Muchos especialistas en el estudio
de las palmeras desaniman la poda excesiva, excepto cuando se deba trasplantar
ciertas especies determinadas. Otros estudiosos simplemente recomiendan que se
evite la poda dentro de los posible.
La
totalidad de las hojas verdes participan en la producción del alimento
necesario para el crecimiento adecuado y saludable de una palmera. La reducción
del área verde del follaje reduce la producción de alimentos, y pone en peligro
la salud y el crecimiento de la palmera. Cuantas más hojas verdes cualquier
planta tenga, mejor será el crecimiento que se producirá.
Se
define como hojas maduras a las que se encuentran por debajo de aquellas en
cuyas axilas se desarrollaran las inflorescencias durante el año en curso.
El
único alimento de la planta es en realidad lo que la planta por si misma
produce. Lo que se compra en las tiendas no es alimento para la planta, árbol o
palmera, aunque el envase mencione que de alimento se trata, en realidad son
fertilizantes (nutrientes) que utilizan las plantas, acompañados con el agua y la
luz solar, en la producción de sus alimentos.
Para
la formación de flores, frutos y semillas la palma invierte una considerable
cantidad de energía que, tratándose de una planta ornamental en un parque o
jardín, no serán necesarias para la multiplicación de la especie. Puede
entonces podarse los órganos reproductivos con el consiguiente ahorro de
energía para la palma. Un ejemplo sencillo de esto son las especies dioicas que
forman frutos solo cuando están los dos sexos presentes. Si solo se encuentra
uno, no se formarán frutos fértiles habiendo la palma gastado energía
inútilmente. La eliminación de las flores o los frutos no daña a las palmeras,
por el contrario, ya que pueden liberar almidón que es aprovechado en el desarrollo
de hojas, raíces y almacenamiento de reservas.
Por
otro lado, cuando maduran, las frutas pueden convertirse en comida para roedores,
murciélagos y pájaros indeseados. Otro inconveniente son las semillas que
germinan espontáneamente en sitios indeseados de los jardines y macetas. Por
los motivos enumerados, entre otros, es conveniente podar flores y frutos en
palmeras ornamentales, a pesar de lo estético que puedan resultar estos órganos.
La
palmera datilera (Phoenix dactylifera) bajo condiciones ideales pueden tener
entre 120 a 180 hojas de aproximadamente 4 o 5 m de largo y pueden alcanzar una
vida útil (verde) de 5 a 8 años, incluyendo los primordios del follaje en el ápice,
conforme con lo citado por Ken Pfalzgraf (2000).
Asimismo,
muchos reportes indican que las palmeras de la familia Washingtonia tienen un
promedio de 30 hojas de color verde. Estos son ejemplos que indican la
importancia de conservar las hojas verdes y la silueta ovalada o circular que
permite una máxima insolación y aprovechamiento de la luz por las hojas verdes
funcionales.
Aspectos y cuestiones a tener en cuenta
Las palmeras pueden podarse en las siguientes circunstancias:
1.Para
eliminar hojas muertas o moribundas (amarillentas o marrones) o quebradas. Los
restos foliares del tronco solo se retiran si pueden moverse con las manos, sin
herramientas. Si no los puede arrancar, hay que dejarlos.
2.
Para eliminar los nidos de plagas como ratas, murciélagos, cucarachas,
escorpiones y cotorras.
3.
Para eliminar el riesgo de incendios de las hojas secas en zonas urbanas cerca
de casas y otros edificios.
4.
Por razones de seguridad en el tránsito automotor, de manera de no obstaculizar
la buena visibilidad desde las calzadas y aceras de las señales de seguridad vial.
Por lo general las palmeras que obstaculizan la visión son aquellas que fueron
plantadas en sitios inadecuados por una decisión equivocada.
5.
Para evitar causar daños a los edificios y paredes cuando hay vientos fuertes.
El hecho de plantar palmeras muy cerca de un edificio puede causar daños a las
estructuras vidriadas. Las palmeras no necesitan podas como protección contra
los vientos fuertes. Está comprobado que aun con huracanes severos, las pocas plantas
que quedaron en pie fueron las palmeras. La mayoría tenían pocas o ninguna hoja
debido a los vientos huracanados, pero se mantuvieron en pie.
6.
Cuando las palmeras se excavan directamente de la tierra para ser
trasplantadas, con sus raíces al aire, se recomienda podar aproximadamente la
mitad de sus hojas. Esto reduce la tasa de evapotranspiración y facilita el
movimiento y transporte al ocupar menos espacio, reduciendo también los
posibles daños mecánicos en un camión. Después de plantar la palmera en el
sitio definitivo, las hojas deben quedar atadas y envueltas hasta que se
observe crecimientos de nuevos primordios o nuevas raíces. (Pfalzgraf 1999).
7.
Algunas especies de palmeras, como Cocos
nucifera, Borassus spp., Bactris spp, etc producen frutos de gran tamaño
que al caer implican un riesgo para las personas, automóviles etc y también
crean basura que huele mal cuando fermentan en el suelo. Otras especies de
palmeras producen semillas que germinan en el jardín tornándose molestas e
indeseables. A pesar de lo dicho, la mayoría de las palmeras no producen ni
hojas ni frutos en una cantidad suficientemente grande como para causar daño al
caer y la poda se realiza solo por razones estéticas.
8.
Nunca podar por cuestiones estéticas. Existen algunas costumbres arraigadas de
podar las palmeras como si fueran piñas gigantes. (Hacer la tradicional
“Balona” en la Phoenix canariensis de
las islas Canarias) o quitan los restos foliares de los troncos de Washingtonia spp y Sabal palmetto o las fibras vegetales características de algunas
palmeras como Trachycarpus spp para
que estas tengan un aspecto de palmeras más tropicales. Se debe aceptar el
hecho de que cada especie de palmera tiene un aspecto natural y así debe
conservarse.
9.
Dado que las hojas más viejas traslocan sus nutrientes a las hojas que se
encuentran en desarrollo, las flores, los frutos, las raíces y las reservas de
almacenamiento en el tronco de la palmera (Banjerth 89 en Pfalzgraf 2000), nunca
eliminar más hojas durante un año que la cantidad de hojas que se produjeron
durante ese tiempo. La eliminación de la mayor parte de las hojas cada año o
con mayor frecuencia, debilita la palmera y disminuye su crecimiento,
produciendo una deformación del estípite en forma de punta de lápiz.
10.
Al podar, deje por lo menos 2 filas o niveles de hojas maduras, y como
preferencia aún más que ese número (Hilgeman 1951 en Pfalzgraf 2000). Las hojas
inmaduras que han sido despojadas de la ayuda y protección de las hojas maduras
y/o sus bases foliares, son más susceptibles a los daños causados por el
viento, la gravedad, la desecación y fallas estructurales.
11. Recordar que la poda de hojas verdes de las palmeras sirve de atractivo para la llegada de insectos que se transforman en plaga. (picudo rojo, Rhynchophorus ferrugineus; Picudo negro, R. palmarum, entre otros).
Si
fuera necesario cortarlas, sellar la herida del corte con pasta cicatrizante
tipo Mastic, que incluya fungicida. Un preparado sencillo y efectivo es el "CALDO BORDELES",
mixtura compuesta por 1Kg de sulfato de cobre y 2Kg de cal viva en 10 litros de
agua. Otra opción sencilla es mezclar 1 litro de pintura de látex y 50 gr de
benomil (fungicida). Se forma una pasta y se aplica a pincel sobre el corte
efectuado.
12. Como ya hemos comentado, las palmas solo tienen un punto de crecimiento o yema apical, ubicado en la parte superior del estípite. Dicha yema apical se encuentra ubicada entre 15 y 60 cm del extremo distal del tronco, dependiendo de la especie de palmera.
En concordancia con lo antedicho, jamás se debe hacer un desmoche (corte a ras del tronco) en una palmera, ya que se corre el riesgo de dañar o eliminar la yema de crecimiento, con la consiguiente muerte del ejemplar.
Personas mal informadas piensan que desmochar una palmera evitara que esta crezca demasiado en altura o que ramifique como ocurre en algunos árboles y arbustos. Ciertamente no existe ninguna razón que justifique hacer un corte a ras en una palmera y la consecuencia es la pérdida del ejemplar.
Puede darse el caso de ser necesario cortar uno o más troncos de una palma cespitosa como Dypsis lutescens o Caryota mitis que al ser multicaules seguirán con vida los demás tallos.
También
en los casos de “cirugía del ápice” para reparar daños producidos por Rhynchophorus sp (Picudo) y la pudrición
del cogollo asociada (Phytophthora
infestans), las
intervenciones sobre la palma nunca deben llegar hasta el punto de crecimiento
ya que, de dañarse, la palma moriría. Tener siempre presente que estas tareas
deben ser realizadas por personal especializado.
13.
Si la poda debe ser realizada en una palma de mucha altura, deben ser usadas
escaleras de suficiente alcance, andamios, elevadores hidráulicos o arneses de
trepa adecuados denominados “bicicletas”. Nunca deben usarse botines de trepa
con púas o ganchos ya que las heridas que producen en los troncos son ingreso
de patógenos y causa de muchas enfermedades, amén de arruinar la estética de la
planta.
10 REGLAS
SENCILLAS PARA REALIZAR PODA DE PALMERAS
1- Para las podas siempre utilice herramientas de corte bien afiladas y desinfectadas a los efectos de evitar la propagación de enfermedades. Lo ideal es desinfectar las herramientas al terminar la poda de cada ejemplar.
Las motosierras son difíciles de limpiar y
esterilizar y se debe reducir su uso para podar las hojas de las palmeras. Se
recomienda sumergir las sierras que se utilizarán en una poda en una solución
compuesta por 50% de cloro y 50% de agua durante un periodo de 5 minutos.
(Pfalzgraf 2000). El equipo limpio de esta manera ayudará a prevenir la
propagación de enfermedades como en el caso de Fusarium.
2.
Elimine los tallos de flores y frutas. Cuando maduran, las frutas pueden
convertirse en comida para plagas como roedores y murciélagos.
3.
Algunas palmeras multicaules pueden requerir que se eliminen los nuevos
crecimientos o alguno de los tallos existentes por cuestiones de disponibilidad
de espacio.
4.
Muchas palmeras tiene órganos espinosos que requieren ser podados por
cuestiones de seguridad En los ejemplares del genero Phoenix se debe podar las
hojas viejas cuidando de no dejar espinas en la base de los peciolos cortados. Acrocomia sp, Bactris ep y Zombia antillanum son ejemplos de palmas con troncos espinosos.
5.
Al realizar el trabajo de poda una o dos veces al año, hay que eliminar todas
las hojas muertas o moribundas. Nunca corte más hojas verdes de las que palmera
pueda producir durante un año.
6- Las prácticas culturales deben ser
realizadas por personal capacitado y con los elementos acordes a las tareas a
realizar.
7- Las medidas de seguridad del personal y
la desinfección de las herramientas a emplear en cada tarea, son condiciones
sine qua non. Pasar de una planta a
otra implica un cambio de herramientas y guantes desechables.
8- Las
tareas de poda y limpieza deben ser realizadas al menos con dos juegos de
herramientas por cuadrilla. Esto permite que mientras se interviene en una
planta con un juego de herramientas, el otro juego esta en proceso de limpieza
y desinfección.
9- JAMAS utilizar herramientas sin
desinfectar.
10- JAMAS manipular material vegetal infestado o insectos sin utilizar guantes de látex desechables.
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